En Barichara el tiempo pasa lento. El ambiente tranquilo de
sus calles, sus construcciones elaboradas cien por ciento en piedra y la
tranquilidad de sus pobladores definen el carácter de este municipio fundado en
1702, donde hay silencio y se percibe seguridad.
Barichara es un municipio de Santander (Colombia) ubicado en
la provincia de Guanentá. La población es reconocida por sus construcciones de
finales del siglo XVIII; el sector antiguo de la población fue declarado
patrimonio cultural del país.
La cultura de Barichara se centra en sus ancestros. Su
historia forma parte del eje de la colonización y por eso sus habitantes hablan
con orgullo de las grandes personalidades oriundas de la ciudad que han estado
al frente de las decisiones importantes del país.
Sus 300 años se reflejan en una arquitectura
imponente, donde la piedra es una constante en las casas, calles, centros
religiosos y parques, y cuya conservación le hizo merecer el título de
Monumento Nacional en 1978.
Los habitantes de
Barichara lo definen como un 'pueblo fotogénico' y de gran potencial turístico,
tanto para los que desean descansar como para los que aman la emoción y la
aventura, que encuentra en la agreste topografía de los alrededores el
escenario ideal para los deportes extremos o los recorridos al aire libre.
Y si de celebrar se trata, no se escatima a la hora de organizar
eventos de danza y música tradicional o conciertos de talla internacional que
acompañan sus principales festividades.
La cultura
es la 'moneda' de Barichara
En Barichara los viejos tienen el conocimiento
y los jóvenes lo reciben. Oficios como el cultivo de tabaco, las técnicas de
construcción de origen, el trabajo en piedra, papel, cerámica o barro y los
tejidos en lana y fique son transmitidos de generación en generación y son
considerados el mayor legado de un pueblo que sigue viendo en ellos su futuro.
La variedad
y calidad de la gastronomía también son motivo de orgullo para la región y el
país. Los platos típicos son el cabro, la pepitoria, el mute santandereano, las
carnes oreadas y por supuesto la hormiga Culona, una tradición alimentaria de
200 años en Santander.
Tres veces
al año en Barichara se lleva a cabo el mercado campesino, en el que ofrecen todos los productos locales y
participa la comunicad en pleno.
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